I
Tengo una sed de vinos capitosos
-venusino furor, pugnas salaces,
ojos enloquecidos por el éxtasis,
bocas ebrias, frenéticos enlaces-.
Tú, Dinarzada, tú, fogosa mía,
tú, Melusina, vid de mis deseos:
¡dóname tu lagar tibio y recóndito!
quiero oprimir tus uvas!
Y tus vinos exprimir!
-fulgurante filtro cálidopara mi sed de zumos citereos!
II
Tengo una sed de búdicos nirvanas
-xahareño no oír, callada acidia,
ojos enceguecidos por el éxtasis,
espiritual ardor, psíquica lidia-.
Tú, viaje azul, deliquio, noche intacta,
música..., oh tú, mi inasequible dueño:
¡llévame a tus refugios ataráxicos!
quiero tañer tus fibras!
y el prodigiode tu entraña exprimir!
-don inefablepara mi sed de fugas y de ensueño.
martes, 9 de junio de 2009
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ResponderEliminarEste poema me gusta por que esta hablando de una mujer que el quiere mucho y que la necesita. El la compara con el vino.
ResponderEliminarPues es lindo el poema pero a la vez es algo confuso y uno se tiene que concentrar harto para entenderlo pero una vez que uno lo entiende bien es muy bonito.